Naturaleza y Laroya llegan a ser sinónimos para todos aquellos que conocen este rincón de la sierra de Los Filabres. No hay más que echar a andar por cualquiera de sus parajes para darse cuenta de que es una gran oportunidad para disfrutar de un ecosistema rico en vegetación y fauna autóctona que harán las delicias de los amantes de la naturaleza. Y para unir todos sus parajes, Laroya dispone de una red de diferentes caminos y senderos bellísimos para disfrutar de una experiencia cultural y natural como ninguna otra. Desde 2010, estos senderos han sido reconocidos por todos aquellos que quieran adentrarse en ellos:
El PR-A 372 en Reúl Alto es una ruta que recupera antiguos caminos, que se hallaban en desuso, habían incluso desaparecido parcialmente y comunicaban a la localidad con las poblaciones limítrofes adentrándose en la Sierra de los Filabres. 13.4 km de magníficos paisajes, árboles, fuentes y caminos. Un recorrido circular que cuenta además con dos rutas saludables de 3500 y 5500 pasos. Este sendero discurre muy cerca de los parajes donde se desarrollan los famosísimos «Fuegos de Laroya», unos fenómenos inexplicados de 1945 considerados como el primer expediente X de España.
El PR-A 366, o Ruta de los molinos, permite a los senderistas contemplar los restos de los antiguos molinos y aprovechamientos de agua que ejercían una importante labor en la vida cotidiana de épocas pasadas. Un recorrido circular de 8.5 km con parajes tan bonitos como el conocido como la Balsa del Común.