Ermita cuya construcción se estima entre 1846 y 1897. Reparado en varias ocasiones, tiene una situación extraordinaria ya que es un mirador natural del núcleo urbano de Taberno alzándose en la zona más alta del mismo.
Lugar de peregrinación de la procesión del calvario del Viernes Santo desde tiempos inmemoriales. Esta ermita sigue siendo hoy el principal punto de ofrendas al patrón de Taberno, San José.