De época Nazarí data del siglo XIII. Jugó un importante papel en la época musulmana debido a su carácter defensivo y sirvió de refugio en la sublevación de los moriscos.
La situación de este castillo es majestuosa y sus proporciones son generosas, sobre todo en su base, ya que estas se van reduciendo conforme asciende, quedando en la parte superior una pequeña explanada, donde se construyó a comienzos del siglo XX una Torre de estilo neo-mudéjar que alberga el mecanismo de un reloj. La Torre es de planta cuadrada, elevada sobre un zócalo de mampostería. El busto se hace de piedra y se usa el ladrillo para enmarcar los huecos y reforzar las esquinas. La torre se divide en dos pisos con ventanas bipartitas en cada uno de sus frentes, estas presentan en el remate un arco de medio punto realizado en ladrillo.
De la fortaleza original sólo queda una pared y algunos lienzos de muro diseminados a lo largo de la construcción. Su planta es rectangular, formada por cubos trapezoidales de amplias bases donde se van erigiendo torreones, construidos a base de mampostería unida con argamasa, usando el ladrillo para las esquinas, puertas y ventanas. En ellos se distingue con precisión los muros antiguos y los que posteriormente se han adosado como elementos de restauración.
Recientes actuaciones han intervenido sobre la recreación de las almenas, el acondicionamiento de un espacio escénico al aire libre, así como un mirador en la parte superior del castillo.