Comenzamos la excursión por la pedanía de la Alfoquía, núcleo que se desarrolló principalmente a partir de la llegada del Ferrocarril en 1892. Fue una de las estaciones más importantes y grandes de la zona y supuso un gran impulso económico para el municipio durante el siglo que permaneció abierta. Se creó toda una serie de servicios que en otras estaciones no había, tales como, plataforma giratoria, para darles la vuelta a los trenes; casa de los maquinistas, donde podían pernoctar ya que no podían sobrepasar unas horas determinadas de trabajo, talleres para arreglar las máquinas etc.. Los edificios se rehabilitaron respetando su estructura original y hoy día podemos caminar por esta Estación apreciando cada uno de sus rincones y muchos utensilios de la vía férrea que aún se conservan haciéndolo un Museo al aire libre.
Cruzamos el rio Almanzora y pasamos al núcleo urbano de Zurgena. Paseando por sus calles podemos observar las numerosas casas señoriales y cada una de ellas tiene su historia. Es visita obligada la Iglesia de San Ramón Nonato de estilo Neomudéjar, destaca su artesonado de madera y una de sus imágenes, la Virgen de los Dolores, perteneciente a Jesús de Perceval con una leyenda muy bonita. En su puerta se puede ver el escudo del Obispo D. Antonio Carrionero.
Continuamos por la parte más antigua y alta del pueblo, zona de asentamiento milenario, donde encontramos la Torre del Reloj, de 1882, desde donde se controlaba las tandas de agua de la vega. La Torre está situada donde estaría ubicado en época árabe un Castillo del S.XIII.
Seguimos callejeando por las calles de Zurgena hasta la Ermita del Calvario, del S. XIX, donde alberga una talla de la “Virgencica del Calvario”, pequeña en tamaño pero grande en devoción. Desde el exterior sorprende su cúpula dorada y uno de sus laterales, con el enigma del cuadro mágico que hay incrustado en una de sus paredes.
Esperamos que disfrutes de tu visita a Zurgena!!